En el camino hacia la movilidad sostenible, elegir el sistema de carga adecuado para tu vehículo eléctrico es fundamental. Una de las decisiones más importantes que deberás tomar al instalar un punto de recarga en casa es si optar por un sistema monofásico o trifásico. Esta elección afectará no solo a la velocidad de carga, sino también a tus facturas eléctricas y a la compatibilidad con tu vehículo.
¿Qué diferencia hay entre monofásico y trifásico?
Sistema monofásico
El sistema monofásico utiliza dos cables eléctricos para alimentar tu instalación: una fase y un neutro. Es el sistema más común en viviendas residenciales y permite una potencia máxima de 12 kVA. La mayoría de los electrodomésticos cotidianos, sistemas de iluminación y equipos electrónicos funcionan perfectamente con este tipo de corriente.
Sistema trifásico
Por otro lado, el sistema trifásico emplea cuatro cables: tres fases y un neutro. La energía eléctrica se distribuye entre las tres fases, permitiendo una potencia mucho mayor, hasta 36 kVA en instalaciones residenciales. Este sistema es común en entornos industriales y en edificios con equipos de alta potencia.
Potencia de carga según el tipo de instalación
Para la recarga de vehículos eléctricos, la elección entre monofásico y trifásico determina directamente la potencia máxima disponible:
Sistema | Potencia máxima |
Monofásico (16A) | 3,7 kW |
Monofásico (32A) | 7,4 kW |
Trifásico (16A) | 11 kW |
Trifásico (32A) | 22 kW |
¿Cuándo es recomendable cambiar a trifásico?
El cambio a un sistema trifásico puede ser beneficioso en los siguientes casos:
- Necesitas mayor velocidad de carga: Si tu prioridad es reducir el tiempo de recarga, un sistema trifásico te permitirá cargar tu vehículo considerablemente más rápido.
- Tienes un vehículo compatible con carga trifásica: No todos los vehículos eléctricos pueden aprovechar la carga trifásica. Antes de realizar cualquier cambio, verifica si tu modelo es compatible.
- Dispones de múltiples vehículos eléctricos: Si en tu hogar hay más de un vehículo eléctrico, la mayor capacidad del sistema trifásico puede ser ventajosa.
- Tienes otras necesidades de alta potencia: Si además del vehículo eléctrico cuentas con otros equipos de alto consumo energético (bombas de calor, equipamiento industrial, etc.).
Procedimiento para cambiar de monofásico a trifásico
El proceso para realizar esta transición implica varios pasos:
- Contacto con la comercializadora: Deberás notificar a tu compañía eléctrica sobre el cambio deseado.
- Gestión por parte de la distribuidora: La empresa distribuidora asignará un técnico para modificar la instalación y el contador.
- Certificación eléctrica: Tras la instalación, recibirás un Certificado de Instalación Eléctrica (Boletín Eléctrico) que documenta el cambio realizado.
¿Realmente necesitas un sistema trifásico?
Antes de decidirte, considera que:
- Un sistema monofásico de 7,4 kW permite recuperar aproximadamente 40 km de autonomía por hora de carga, suficiente para la mayoría de los usuarios.
- Muchos vehículos eléctricos actuales no aprovechan la capacidad trifásica, por lo que el cambio no supondría beneficio alguno.
- Para uso doméstico, la carga nocturna con sistema monofásico suele ser más que suficiente para cubrir las necesidades diarias.
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- Compatibilidad con tu vehículo
- Necesidades reales de potencia
- Análisis económico comparativo
- Posibilidad de acceder a incentivos y ayudas
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La elección entre un sistema monofásico y trifásico depende principalmente de tus necesidades específicas de carga, la compatibilidad de tu vehículo y tu presupuesto. Para la mayoría de los usuarios domésticos, un sistema monofásico de 7,4 kW resulta perfectamente adecuado, mientras que el trifásico es más recomendable para casos con necesidades especiales de potencia o velocidad de carga.
